La ermita de la Virgen de los Remedios ya aparece registrada en las Relaciones Topográficas de Felipe II, por lo que es seguro que se levantó en el siglo XVI, aunque fue reconstruida en el siglo XVIII adquiriendo un nuevo aspecto que ha llegado hasta nuestros días.

Construida en mampostería con sillares en las esquinas, como sus otras hermanas, tiene una cubierta con una cúpula vaída sobre pechinas, además de una planta rectangular. En la cabecera se sitúa sobre una hornacina la imagen de la Virgen de los Remedios, copatrona de Campo Real; y a ambos lados en un nivel más bajo se abren los vanos de las puertas de entrada a la sacristía que forma en el edificio un cuerpo saliente de forma cuadrangular, a los pies se levanta un pórtico con cuatro postes metálicos que sustituyen a las desaparecidas columnas de piedra de las que se conservan las basas. En el paseo de entrada a ambos lados están colocados los fustes de dos columnas así como un sillar en el que figura una inscripción que no se puede leer en su totalidad porque está semienterrado.

El origen de su culto en Campo Real se debe a la influencia toledana, pues se dice que una imagen de esta virgen fue regalada en 1195 por el rey Alfonso VI a los soldados de Ocaña por su ayuda en la reconquista de Cuenca, la imagen permaneció en Ocaña hasta su destrucción en 1936. Tal vez algún soldado trajera a Campo Real en recuerdo de este culto y en el camino de Toledo se levantaría la primitiva ermita de la Virgen de los Remedios. El día 8 de septiembre tiene lugar la procesión de esta imagen.

Al igual que la ermita de la Virgen de las Angustias, tampoco le libró de los estragos de la guerra que le dejaron sin sus dos columnas de piedra, sustituidas por postes de hierro.

 

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